Werwolf

"Sehen wir uns ins Gesicht. Wir sind Hyperboreer". Nietzsche

Monday, June 12, 2006

La Alemania de Hitler X



X El Régimen de Viviendas y de Colonias Obreras


La solución del problema relativo a las viviendas y colonias obreras fue para la nueva Alemania, más que para otro país cualquiera, de una necesidad imperiosa para poder realizar su política demográfica, económica y social. En efecto, Alemania se ha dedicado con toda su energía a este problema. Todos los órganos competentes del Estado, así como las organizaciones del Partido, fueron coordinados para competir en la ejecución de un enorme programa que comprendía todos los ramos de la construcción. Actualmente se cuida de los trabajos de urbanización, que se han hecho imprescindibles, de su ensanche y del saneamiento del casco viejo de las ciudades; además, la construcción de viviendas deberá proporcionar a la familia alemana la posibilidad de su desenvolvimiento. La colonia, por otra parte, habrá de contribuir a que sólo las mejores capas del pueblo se unan íntimamente a la tierra patria.
Todas estas medidas crean al mismo tiempo nuevo trabajo y con ello animan la economía.


Las Viviendas de Alquiler y las Viviendas Populares

El aumento constante de la demanda de viviendas, producido sobre todo por el intenso crecimiento del número de matrimonios, planteó la necesidad de continuar con la mayor energía la construcción de viviendas de alquiler mediante la colaboración del Estado. Esta ayuda oficial reside particularmente en la garantía otorgada por el Estado y en el estímulo que presta a la iniciativa privada para la adquisición de los medios necesarios. La concesión directa de subsidios para la construcción de viviendas de alquiler se limita —con excepción de los medios escasos que había disponibles de los impuestos sobre los alquileres— a determinados trabajos, que la economía privada no le era posible ejecutar con sus propios medios.
Esta ayuda se aplicó en primer lugar a la ampliación de las llamadas viviendas de urgencia y provisionales. Con el avance de la crisis económica, los municipios fueron colocados, en lo que se refiere a la vivienda y al fomento de su construcción, ante un problema cuya solución ofrecía máximas dificultades. El número de familias sin hogar se elevaba cada vez más; pero, por haber caducado en Abril de 1933 la “ley sobre la escasez de viviendas”, los municipios perdieron la ocasión de incautarse de antiguas viviendas baratas para el alojamiento de personas sin hogar. Sin embargo, los municipios, en virtud del derecho general administrativo y de policía, están obligados a proporcionar albergue, de cualquier manera que sea, a tales familias aun cuando sólo sea con carácter provisional. En vista de estas circunstancias, el gobierno, a raíz de cesar la ley respectiva, dispuso destinar 15 millones de marcos para la construcción de casas, promoviendo con esta ayuda la edificación de unas 14.000 viviendas.
En su mayoría las viviendas fueron levantadas con un piso solamente y se rodearon de huertos o jardines para poner a las familias, generalmente numerosas, en el más íntimo contacto posible con la tierra.
Las circunstancias en el mercado de la vivienda continuaron mostrando que los esfuerzos de liberar a las clases modestas de las malas condiciones de alojamiento que padecían, en las casas de vecindad y habitaciones inadecuadas de la más variada especie, no podían realizarse sólo con los medios existentes hasta entonces. La reimplantación de la administración municipal del alojamiento fue de nuevo objeto de discusión en los centros competentes; se inició la tentativa de ayudar también por otros medios a las clases sociales que más intensamente sufrían bajo la escasez de la vivienda y se hallaban impotentes de librarse de ella por esfuerzo propio.
El gobierno del Reich acordó impulsar la construcción de viviendas baratas en forma de casas para una o para más familias (viviendas populares) cuyos precios de alquiler pueden ser soportados por la clase obrera que sólo dispone de un salario modesto. Para este fin, en virtud de la ley del 30 de Marzo de 1935, se han concedido hasta fines de 1937 unos 70 millones de marcos en préstamos para la construcción de viviendas populares (1.000 marcos por vivienda como término medio). Con esto se ha ayudado a la construcción de 69.000 viviendas populares. A principios de Mayo de 1938, el ministro de Trabajo puso nuevamente 48 millones de marcos a la disposición con objeto de distribuirlos en calidad de préstamos del Reich para continuar la construcción de viviendas populares. En consecuencia, se han destinado hasta ahora 118 millones de marcos con este fin. Como el término medio de los préstamos para viviendas populares es de unos 1.300 marcos, con la cifra indicada de los 48 millones se puede ayudar a la construcción de unas 30.000 viviendas populares.
Las viviendas populares, a diferencia de las casas de vecindad de antes, se construyen bajas y para una familia (en filas sencilla o dobles); sólo ahí donde falta terreno adecuado para construir o donde éste es relativamente caro, pueden ser construidas casas de tres o cuatro pisos (Fig. 129).
Cada casa debe tener una parcela de jardín o de tierra tan grande como sea posible. Se ha concedido especial interés a que el precio del alquiler permanezca módico, en general no debe pasar de un quinto de los ingresos de las personas para las cuales están destinadas las viviendas. Si las condiciones económicas del inquilino se mejoran o la familia se aumenta debe existir la posibilidad de ampliar la vivienda o convertir tres viviendas en dos o hacer de dos una.
Además de esto, el saneamiento de las ciudades llegó a constituir uno de los temas más importantes cuya resolución había sido siempre aplazada en los años anteriores a 1933. El estado sanitario y de urbanización había llegado a ser insostenible en gran número de ciudades grandes y pequeñas. Para emprender su saneamiento, el Reich en los años 1933/35 puso a disposición de esta obra la cantidad de 20 millones de marcos. Comparada esta cantidad con la magnitud de los problemas, cuya solución debe desarrollarse a lo largo de decenios de años, se ve que es relativamente pequeña. Pero lo que interesaba por el momento era estimular a los municipios, con el fin de que se ocuparan de los problemas de nuevo estilo, en general difíciles, pero con los cuales acumularían experiencias para acometer obras en grande.
Hasta ahora se ha comenzado el saneamiento de unas diez ciudades grandes; otras quince a veinte ciudades grandes y medianas tienen ya tan adelantados sus proyectos de saneamiento que pronto les serán entregadas las subvenciones del Reich para tal fin. Además, hay que citar los poderosos medios que ha empleado el gobierno para la refacción y ampliación de edificios, partición de viviendas y transformación de otros locales en habitaciones (Véase el capítulo: la “Batalla del Trabajo”). Hasta ahora se han construido unas 250.000 viviendas; un resultado en verdad satisfactorio.

Además del estímulo prestado con todas esas medidas, se ha logrado en proporción cada vez mayor aportar el capital privado a las construcciones de viviendas y colonias por medio de créditos hasta en segunda o tercera hipoteca con la garantía del Estado. La aportación financiera a estos proyectos de construcción descansa por lo regular sobre una base sana. En general, los propietarios invierten una gran parte de su propio capital. La tendencia del gobierno a reducir los intereses ha influido también en la colocación de capitales para la construcción de obras. Hasta ahora el Reich ha garantizado obras por valor de 500 millones de marcos.
De este modo ha sido posible en la nueva Alemania impulsar intensamente la construcción de viviendas. En el año de 1932 el número de viviendas de nueva construcción fue de 159.121; en 1933 de 202.113; en 1934 de 319.939; en 1935 de 263.810; en 1936 de 332.370 y en 1937 de 340.392. En total, desde el 30 de Enero de 1933 se han construido 677.870 edificios que contienen 1.458.124 viviendas. Según cálculos del servicio nacional de estadística, las perspectivas para el año 1938 en la construcción se presentan favorables. Un resultado provisional del primer trimestre de este año muestra que el número de concesiones para la construcción de viviendas supera en más de 15.000 al del primer trimestre del año anterior.
Se han dictado varias disposiciones que tratan de elevar el gusto artístico de las viviendas y de las construcciones, con arreglo a ciertas normas estéticas, dentro del cuadro de las posibilidades establecidas por las circunstancias económicas, para seleccionar lo mejor tanto en el aspecto cultural como en el artístico y sobre todo para combatir la ramplonería, egoísmo e individualismo desenfrenado. Se hallan en preparación nuevas medidas legales para continuar en este sentido.


El Régimen Alemán de Colonización Interna

“Queremos dar nuevamente una patria al trabajador alemán. Queremos construir viviendas saludables, con luz, aire y sol para una juventud vigorosa” —declara el programa del Partido obrero nacionalsocialista. La nueva Alemania quiere dar de nuevo a la familia, al obrero, un lugar patrio y una garantía de seguridad. Las viviendas y la obra de colonización representan el cumplimiento de esta promesa; su médula, el asentamiento en casa propia, da al obrero alemán la forma de vivencia que le asegura un hogar verdaderamente alemán, la participación en el solar patrio y, dentro del cuadro de las nuevas colonias colectivas, su puesto en la vida social del pueblo entero.
Por esta razón, la instalación de colonias rurales es una tarea de la política social del Tercer Reich. La propiedad de una pequeña granja mejora el nivel de vida del obrero y le protege contra la miseria en las épocas de aguda crisis. El asentamiento de colonias rurales debe ser también estimulado por razones de política demográfica y, además de esto, por ser una necesidad de política nacional.
Alemania debe estar organizada de tal modo que asegure al trabajador la posibilidad de vivir dándole un fragmento del suelo patrio con el fin de que aprenda a amarlo y esté dispuesto a defenderlo. Ahí reside precisamente el sentido fundamental de la obra de reconstrucción; el problema de la colonización interna puede considerarse como uno de los puntos más importantes de su programa.
El aumento de salarios origina el aumento correlativo de los precios; en el antiguo régimen el salario se reducía a la nada frente a los gastos que el obrero tenía que hacer para cubrir las necesidades de su existencia. Como ya hemos observado la Alemania de hoy, por consideraciones de orden económico, se mantiene firme en su postulado de la estabilización de precios. Conforme con los principios nacionalsocialistas, la elevación del nivel de vida es también factible sin alterar los precios y salarios; la instalación de colonias rurales asegura una mejora en la alimentación y en el nivel de vida mediante la propiedad del solar, de la casa y del cultivo de la parcela de terreno correspondiente; lo que la familia obrera recoge de la tierra con su propio trabajo constituye un ahorro en sus gastos para la alimentación. Todo Pfennig que no se invierte en la compra de víveres representa poder adquisitivo para otras necesidades como vestidos o mobiliario; de esta forma, el colono proporciona trabajo a otros y con ello les asegura indirectamente su puesto de trabajo.
La vivienda en la colonia significa para el colono una habitación que reúne buenas condiciones, una alimentación más sana, un puesto de trabajo del cual nadie más podrá arrojarle y el ascenso del nivel de vida de su familia. Por último, el asentamiento de colonias constituye una aportación considerable a la batalla de la producción y de la independencia en la adquisición de productos alimenticios y, en general, un aumento de la actividad económica.

Adolf Hitler dio la orden de asentar colonias por medio del decreto de fecha 29 de Marzo de 1934. En él calificaba la obra de colonización alemana como uno de los cometidos más difíciles e importantes del Reich y ordenaba poner inmediatamente en función las disposiciones pertinentes. Debían ponerse en práctica las experiencias hasta ahora obtenidas con el propósito de evitar los errores cometidos anteriormente y coordinando en una oficina central todos los servicios que hasta entonces se habían ocupado de las cuestiones de las colonias para garantizar una dirección única y segura de la obra de colonización interior en el Reich.
La realización de la obra colonizadora partió de la convicción de que, teniendo en cuenta la estructura demográfica, colonizadora y económica de Alemania, se imponía una reorganización del territorio nacional. Estas ideas generales de política económica y colonizadora encuentran el mejor camino para su realización en la colonia pequeña.
La colonia pequeña es por tanto el punto central de todas las disposiciones referentes a viviendas y colonias. Es la mejor forma de colonia para la población trabajadora de medios modestos, ya que es apropiada para unir nuevamente al trabajador alemán al suelo patrio y darle al mismo tiempo la posibilidad de cultivar por sí mismo una parte esencial de los productos alimenticios que sirven de complemento a sus restantes ingresos. La colonia pequeña es un factor de la mayor importancia en la política social, económica y demográfica del Estado. Es fomentada intensamente por todos los medios posibles gracias a la concesión de préstamos y garantías del Estado así como por la aplicación de concesiones y facilidades en los impuestos generales, en la urbanización, etc. (Fig. 131)
Esta radical transformación en la construcción de colonias obreras se llevó a cabo gracias a la estrecha colaboración del Ministerio de Trabajo, como representante de la política colonizadora del gobierno, y de la Oficina del hogar obrero del Frente alemán del Trabajo en Berlín. Esta oficina y sus diferentes sucursales en las provincias son las encargadas de la protección social de la vivienda obrera y especialmente de la colonia pequeña.
En virtud de esta reforma, todo alemán digno y carente de medios económicos es admitido en principio como aspirante a colono; él mismo como su mujer ha de ser ciudadano alemán, ario, de toda confianza, sano y sin ninguna tara hereditaria. En contraste con lo que ocurría antes, la colonia se nutre en primer lugar de la planta de obreros de las empresas industriales, sobre todo cuando éstas intervienen económicamente, de manera decisiva, en la construcción de la colonia o la ayudan de alguna otra manera.
En la ejecución de estos planes lo que decide son puntos de vista económicos. Para evitar toda inversión falsa, las nuevas colonias serán construidas en adelante allí donde se crea poder garantizar de manera permanente la existencia económica del colono. La selección minuciosa del colono está asegurada por la colaboración de los servicios del hogar obrero del Frente alemán del Trabajo; en casos extraordinarios, mediante un reconocimiento oficial médico. La calidad de los terrenos para colonias y la modicidad del precio de compra o de la amortización también son objeto de detenido examen. A la vez se cuida de que el colono tenga segura la base de su existencia. De aquí que en principio sólo se concede la calidad de colonos a los aspirantes que tienen un ingreso principal de carácter permanente y seguro.
Los gastos de cada una de las viviendas y las cargas totales que de aquí resultan, hay que mantenerlas lo más bajo posible para que esto redunde en beneficio de los colonos; así se ha prescrito que los gastos de construcción y de instalación, sin contar el precio de la granja, no deben pasar de 4.000 marcos; en caso de existir circunstancias que aumenten el precio, éste no debe pasar de 6.000 y, sólo en casos muy especiales, puede elevarse a 7.000 marcos. Por su parte, los recargos mensuales deben oscilar de 25 a 35 marcos y sólo en casos muy excepcionales pueden llegar a 40 marcos; en ningún caso deben pasar del 25% del ingreso neto de la familia del colono.
Las parcelas para la edificación de colonias deben tener una superficie útil de mil metros cuadrados para dar al colono un terreno que le permita suficiente beneficio. Las casas de la colonia son sólidas, sencillas y prácticas. Se debe prestar más atención a la instalación económica práctica que a la disposición más o menos aventajada de la parte habitada. El éxito de la colonización debe estar asegurado mediante la protección y el asesoramiento económico del colono.
De esta manera la colonia pequeña se ha establecido sobre una base del todo nueva y económicamente sana y razonable; un nuevo estilo de aportación de medios económicos facilita su desarrollo posterior. Al principio los gastos de edificación e instalación tenían que ser cubiertos casi exclusivamente por medio de los préstamos del Reich, mientras que ahora tanto los gastos de construcción como los desembolsos para la compra del solar, se obtienen, hasta donde es posible, por medio de capital privado conseguido en primera hipoteca y, siempre que sea factible, en segunda. Los colonos tienen que aportar del 10% al 15% del valor de la construcción y del solar. De aquí se deduce que los fondos del Estado sólo se necesitan para completar los gastos que no lleguen a cubrirse de otra forma.
El impulso, de que fue objeto la construcción de colonias, se colige del hecho de que desde el año de 1931 hasta Abril de 1933 se han edificado 30.000 viviendas rurales (Kleinsiedlungen) para el personal de las fábricas en Alemania; en los dos últimos meses del año de 1933 alcanzaron la cifra de 17.611; en 1934 ascendieron a 30.628; en 1935/36 a 91.000, no contando las 12.000 que se encontraban en construcción a fines del año de 1936. En 1937 se asentaron 31.260 viviendas rurales que representan el 10,2% de las nuevas construcciones de viviendas.


Hogares Propios y Viviendas Rurales para Labradores

El fomento de la vivienda rural como del hogar propio (Fig. 132) sirve a la creación de vínculos más íntimos entre los moradores y el suelo. Los préstamos del Reich destinados a los hogares propios pequeños fueron reforzados eficazmente por la aportación de 20 millones de marcos, concedidos en Septiembre de 1933, en virtud de la ley para la disminución del paro forzoso del 1 de Junio del mismo año. Más tarde se aumentó por medio del crédito de 7 millones de marcos, proveniente de los fondos del socorro para los obreros parados y puesto a disposición por el presidente de la Oficina nacional de colocación obrera y seguro contra el paro. A unos 30.000 asciende el número de hogares propios construidos por todos estos medios.
Numéricamente el éxito práctico de la campaña a favor de los hogares propios es mayor ya que no se cuentan las muchas obras particulares emprendidas sin la ayuda económica del Estado. Un tercio de las viviendas pequeñas, construidas con ayuda de la garantía del Reich, corresponde a hogares propios.
En las viviendas rurales para labradores (Fig. 130) levantadas en años anteriores se puso en evidencia la necesidad de adoptar algunas reformas; entre otras fue necesario consolidar la posesión de los propietarios de la casa rural y hacerles más independientes de la situación del mercado de trabajo. Se acordó la distribución de 8 millones de marcos, aproximadamente; con estos fondos, por medio de lotes complementarios, las parcelas correspondientes a los hogares propios pudieron ser ensanchadas, se ampliaron los edificios anexos y se facilitó la compra de ganado. También fue posible aliviar la situación económica del colono mediante la suspensión del pago de las cuotas de amortización, una vez demostrada la situación difícil del prestatario.
De los fondos disponibles, en virtud de la ley dada el 30 de Marzo de 1935, con el fin de favorecer la construcción de viviendas, están previstos 12½ millones de marcos para fomentar la edificación de hogares propios destinados a los artesanos y labradores, así como para viviendas de cosecheros. Además, se han preparado los planos para la construcción de 7.000 viviendas o casas de asentamiento destinadas al personal de centros importantes de las industrias de la aviación.


La Construcción de Viviendas y Colonias Alemanas en el Futuro

Ya están establecidos en la nueva Alemania los tipos de construcción de viviendas y colonias para el futuro, en su mayoría procedentes de la política de viviendas y colonias emprendida en el año de 1933. Aparte de las colonias puramente rurales hay que distinguir tres grupos de viviendas y colonias: la colonia pequeña (Kleinsiedlung), el hogar propio y la casa de alquiler (Vivienda popular).
Se da el nombre de colonia pequeña o vivienda rural para el personal de las fábricas a la forma de vivienda y colonia de la población trabajadora que más en consonancia está con las aspiraciones de política de vivienda y colonias del nuevo gobierno. La casa de la colonia pequeña es sencilla y modesta en su instalación interior, pero suficientemente amplia para reunir las condiciones que requiere el vivir sano. A cada casa de colonia pequeña pertenece una superficie mínima de tierra útil para ser cultivada por el colono y su familia; de este modo tiene oportunidad de cubrir por sí mismo una parte de las necesidades en productos alimenticios, lo cual quiere decir que la colonia pequeña ha sido ideada para ofrecer al obrero ocupaciones accesorias a las de su profesión.
El hogar propio es una vivienda (en forma de casa simple, doble o reunida con otras en fila) con jardín que ordinariamente no es cultivable como huerto y que, por lo tanto, sirve casi siempre sólo de adorno. Por lo general está habitado por el propietario que lo ha hecho construir con este fin. El hogar propio es particularmente adecuado para las capas sociales de más amplio poder adquisitivo.
Contratistas particulares o compañías se encargan de la construcción de las viviendas para alquilar; son edificadas en forma de casas de varios pisos o de casas bajas dispuestas en fila. Este tipo de vivienda es indispensable para aquellos sectores de la población que no se prestan a la labranza del terreno de la pequeña colonia o que no poseen el necesario poder adquisitivo para instalarse en casa propia. La construcción de viviendas para alquilar es también necesaria ahí donde el suelo no reúne las condiciones apropiadas para la colonia o donde no existe la posibilidad de asentar colonias de amplias proporciones. Por esta causa la construcción de viviendas para alquilar se destina sobre todo a las grandes ciudades y distritos industriales. La construcción de casas de varios pisos tendrá en este caso la misión de completar la urbanización.
Cuando no se trate de edificaciones privadas, llevadas a cabo por propietarios acomodados, se exige que en la construcción de viviendas y colonias prevalezca la modestia, limitando el espacio cuanto sea posible, a fin de que los alquileres y cargas de las nuevas construcciones estén en proporción a los débiles ingresos de aquellos que busquen viviendas de este género. Las futuras modificaciones del poder adquisitivo y de la demanda de alojamiento pueden ser satisfechas tomando las precauciones necesarias en la edificación para que las guardillas, separables si el caso lo exige, sean susceptibles de la transformación conveniente llegado el momento; igualmente, las viviendas de alquiler serán dispuestas de tal modo que de varias pequeñas pueda hacerse una grande sin que para ello se requiera inversión de gran capital.
La influencia del débil poder adquisitivo, en particular el de aquellas personas que no viven en casas propias, en la naturaleza de la demanda de viviendas se deja ver en las comprobaciones de la asamblea de municipios alemanes con respecto a la necesidad urgentísima de alojamiento. En el otoño de 1934 se llegó a la conclusión de que la necesidad de alojamiento en casi todas las regiones del Reich se descomponía como sigue: más de un tercio de casas de dos habitaciones, una cuarta parte de casas de una habitación y apenas una quinta parte de casas de colonia. Como se ve, actualmente la demanda de viviendas de alquiler es muy grande. Esta demanda deberá quedar satisfecha en los años próximos por medio de la colonización sistemática fuera de las grandes ciudades, en los distritos municipales pequeños y en el campo.
Como mínimo, más de la mitad de las obras que se han de construir en los diez próximos años se destinará a la población de escasos medios económicos. Del promedio actual de los ingresos del obrero alemán resulta un alquiler mensual de unos 26 marcos como máximo y de unos 45 marcos para el empleado.

En el plan cuadrienal han sido asignadas a la economía de la construcción y en particular a la política de la vivienda y de las colonias dos funciones especiales: la construcción de viviendas para trabajadores rurales y la edificación de casas para el personal de las empresas del plan cuadrienal.
Para el incremento de la producción agrícola hay que emplear obreros permanentes que hayan aprendido el oficio de labradores. Sobre todo hay que retener la juventud en el campo y combatir con energía el éxodo rural. Una de las causas principales de la migración de la población campesina reside a menudo en la completa insuficiencia y estado ruinoso de las viviendas. Según ha sido comprobado por la Organización corporativa rural del Reich (Reichsnährstand) faltan, solamente para este ramo, 350.000 viviendas propias de las empresas rurales. No basta construir casas para varias familias o simplemente filas de casas con insuficiencia absoluta de establos y demás dependencias, como era de uso corriente en tiempos pasados. Hay que poner a disposición del labrador un hogar para él solo con anexos y corrales adecuados así como una parcela de tierra cultivable. Sólo así y por medio del pequeño cultivo propio puede aumentar sus ingresos y organizar su vida en el campo de un modo verdaderamente digno. La importancia de la construcción de viviendas rurales se infiere de la orden para la intensificación de los trabajos de construcción de viviendas de alquiler y para el personal de empresas industriales, así como de hogares propios para labradores y artesanos rurales, dictada por el presidente del consejo de ministros, Göring, con fecha 10 de Marzo de 1937, a propuesta de los ministros competentes.
El problema que se refiere a la creación de viviendas para el personal de las fábricas nuevas debe ser atacado con máxima urgencia. Como las nuevas fábricas que están por construirse se pondrán en movimiento a todo vapor, inmediatamente si es posible, y como a menudo requieren un personal considerable, es de absoluta necesidad tratar de terminar al mismo tiempo fábricas y viviendas. El encargado para la ejecución del plan cuadrienal ha requerido a todas las oficinas y dependencias del Estado y del Partido, directa o indirectamente interesadas, para que atiendan con especial solicitud la realización libre de obstáculos de estos cometidos. En verdad, se hallan ya terminados o en período de construcción algunos miles de viviendas. Al mismo tiempo se dará también con ello cumplimiento a los propósitos del gobierno de construir la mayoría de estas casas en forma de viviendas rurales y populares. Encomiástica es la intervención financiera de las empresas, gracias a la cual se concedieron empréstitos que facilitaron notablemente las construcciones.

Los servicios oficiales más diversos trabajan conjuntamente para procurar a los solicitantes alojamiento en una colonia. El Frente Alemán del Trabajo pone a disposición de los servicios interesados sus instalaciones (departamento nacional de viviendas, secciones regionales de viviendas e inspectores de hogares) que les ofrecen protección, ayuda y consejo. Los ayuntamientos les facilitan esta labor por medio de la cesión de tierras baratas y por las concesiones hechas en lo que se refiere al importe de las costas usuales. Las autoridades competentes para conceder ayudas estatales (préstamos, fianzas nacionales, reducción de impuestos, etc.) ejercen vigilancia sobre el beneficiario y le prestan todo apoyo provechoso.
Estas autoridades tienen la misión de cuidar de que los proyectos de colonización puedan ser ejecutados de manera que correspondan al bienestar de la familia. En la comunidad de trabajo para el fomento de la construcción de viviendas obreras, los municipios, las empresas colonizadoras y las oficinas de la Economía que intervienen en esta cuestión, se han fusionado con la Oficina central de viviendas del Frente Alemán del Trabajo, con objeto de dar mayor impulso, por todos los medios imaginables, a la obra de colonización. Las colonias se construyen mezcladas con los demás tipos de vivienda, por ejemplo, viviendas populares y hogares propios, con el fin de que puedan ser satisfechos todos los deseos razonables del solicitante, pero bajo la condición de que se cree una verdadera comunidad dentro de la colonia, es decir, que desaparezca toda distinción de clase y profesión. Según la convicción nacionalsocialista de la vecindad y de su misión común debe surgir la comunidad del pueblo.
La obra de colonización fue facilitada y simplificada eficazmente gracias a las prescripciones para su ejecución decretadas por el Ministerio del Trabajo del Reich, con fecha 14 de Septiembre de 1937. Además de la reducción notable de las proporciones exteriores, de las prescripciones hasta aquí vigentes, contienen ante el sistema de colonización, una fuerte disminución del número de oficinas que hasta el presente intervinieron en el sistema, la eliminación, laxación o atenuación de algunas prescripciones estrechas o severas hasta esa fecha, una importante mejora en las condiciones para conceder préstamos por parte del Estado, en particular la reorganización del límite del presupuesto de gastos de las construcciones, el límite de recargos, el límite de préstamo nacional y de sus intereses, el límite en la capacidad de solvencia individual, además considerables condiciones favorables para familias numerosas y otras facilidades prácticas en relación con el procedimiento.
Otro decreto, del 4 de Abril de 1938, ordenó, además, facilidades concernientes a la tarifa de intereses, al límite de los empréstitos del Estado, al límite de gastos para construcciones y al límite de los alquileres en las viviendas populares.

La cuestión de las viviendas tiene en Alemania un carácter de especial interés; en contraste con la mayor parte de los países civilizados no sólo se presta atención primordial a la construcción de la casa sino también al mobiliario y utensilios de uso diario que corresponden a la instalación. Se ha tenido en cuenta el estilo característico de la vivienda alemana oponiendo enérgica y sistemática resistencia contra aquellas corrientes que daban señales de falseamiento del gusto alemán y ponían en evidencia un proceso de descomposición de la arquitectura nacional. Lo mismo que en el problema de la vivienda, en lo que se refiere al mobiliario y demás objetos de uso doméstico, se siguen no sólo las normas artísticas y arquitectónicas en armonía con la esencia del nacionalsocialismo, sino de manera muy especial, a tal grado que se puede decir que en primera línea, se toma en cuenta como núcleo central la idea social del nacionalsocialismo. Esto se ve claramente en la cuestión de los precios.
Todo el trabajo en este terreno es particularmente comprensible para aquél que haya tenido ocasión de ver el interés y pasión que el alemán, por naturaleza, pone en que su casa ofrezca el máximo de comodidades.

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