Werwolf

"Sehen wir uns ins Gesicht. Wir sind Hyperboreer". Nietzsche

Sunday, May 28, 2006

La Alemania de Hitler IX


IX La Asistencia Social


La comunidad del pueblo y el principio autoritario constituyen los principios fundamentales de la nueva Alemania. En el Estado nacionalsocialista la asistencia social ya no es un síntoma inevitable de deficiencias transitorias, sino que es un servicio permanente al pueblo.
Desde la revolución nacional el número de personas atendidas por los patronatos de asistencia social ha disminuido en más de la mitad mediante la reducción del paro forzoso. El trabajo de asistencia social pudo dirigirse por nuevos caminos e igualmente se pudo proteger a los necesitados, así como fomentar el bien de la comunidad nacional, el mantenimiento y fortalecimiento de la vitalidad del pueblo y la formación de una juventud sana.
Para conseguir este objeto, fue necesario despertar y reunir todas las energías del pueblo. Así como el movimiento nacionalsocialista es el punto de apoyo del Estado y ha llegado a formar con éste una unidad, así también la asistencia social en manos de la administración del Estado (ministerios de Gobernación y Trabajo) halla ahora más que nunca su complemento en el trabajo de las organizaciones particulares de auxilio social. Conjuntamente trabajan las cuatro grandes agrupaciones centrales de la asistencia social privada: la asistencia nacionalsocialista (NSV), la misión interna (evangélica), la agrupación alemana Caritas (católica) y la Cruz Roja alemana, cuya colaboración, desde 1933, con la asistencia social del Estado se ha ido haciendo cada vez más estrecha con todos los Estados federales, provincias y municipios. En la agrupación dentro del Estado de la asistencia pública y privada y de la asistencia a la juventud de ha concertado la forma exterior de esta obra social. El “auxilio de Invierno del pueblo alemán” (WHW) y el “auxilio a la madre y al niño” demuestran de la mejor manera, por sus resultados, que la asistencia social se ha convertido en un asunto de todo el pueblo alemán.


La Asistencia Social Pública

Desde principios del año 1936 ha sido delimitada con más exactitud la competencia de la administración del Estado en este terreno. El Ministerio de Trabajo organiza la asistencia social para los inválidos de guerra, para las familias de los muertos en la guerra, para los pequeños rentistas y rentistas sociales, así como los asuntos generales de la asistencia social del trabajo y todas las medidas especiales a favor de la población menesterosa. El Ministerio de Gobernación se encarga de todas las cuestiones generales de la asistencia social, de la asistencia social para todos los demás menesterosos y de los asuntos de la asistencia social privada.
Debido a que los hombres directivos del movimiento nacionalsocialista son todos combatientes de la guerra, también en el Estado nacionalsocialista reina el espíritu del frente de la guerra mundial: honor, valor, cumplimiento del deber, camaradería. El cuidado en favor de los inválidos y de los familiares de los caídos en la gran guerra se ha convertido en un deber de honor del Tercer Reich; éste trata de asegurar una existencia independiente a las víctimas de la guerra. Desde 1933 se ha realizado ampliamente el principio según el cual los afectados por la guerra tienen derecho especial a un puesto de trabajo. Todas las fábricas y talleres están en la obligación legal de hacer ocupar un número determinado de puestos de trabajo por lisiados graves de la guerra. De esta manera se ha conseguido en dos años dar empleo a 27.000 de los casi 47.000 mutilados sin trabajo que aún existían a fines de Marzo de 1933; más tarde se han obtenido ulteriores progresos. Convenios especiales entre los principales órganos de la asistencia social y de la organización médica han logrado en los últimos tiempos importantes mejoras en la asistencia médica a favor de los ciegos de la guerra y de los heridos en la cabeza. A este hay que añadir un suplemento de pago de 60 marcos al año que beneficia a más de 420.000 ex combatientes con derecho a asistencia.
Un paso decisivo fue realizado en la asistencia a los familiares de los muertos en la guerra mediante una ley especial: en virtud de ésta se concede a la viuda una pensión por valor del 60% de la renta total a la cual tenía derecho el fallecido y, al mismo tiempo, otra complementaria de 34 marcos al mes.
El agradecimiento del nuevo Estado a los combatientes inválidos de la revolución nacional ha sido expresado equiparándolos a los heridos de la guerra. El Führer ha ordenado destinar para ambos grupos medio millón de marcos al año, provenientes de los fondos del Partido por haberse sacrificado en aras del porvenir de Alemania.
Gozan de tratamiento similar al de los inválidos de guerra los obreros y empleados perjudicados gravemente en su capacidad de trabajo a consecuencia de un accidente. Del espíritu de la comunidad del pueblo ha surgido la “Fundación para las Víctimas del Trabajo”. Gracias a la creación del patronato de artesanos ciegos, la ocupación de éstos ha experimentado un incremento importante.
Una medida esencial en la legislación de asistencia social nacionalsocialista la constituye la “ley de ayuda a los rentistas pequeños”. Esta ley dispone el alivio de la situación de miles de rentistas modestos: compatriotas a los cuales la inflación destruyó el producto del trabajo de toda la vida y con ello la segura existencia en la vejez. Las extensas medidas del Ministerio de Trabajo, en la esfera de la asistencia médica a los niños, redundan en beneficio de la juventud alemana; han sido destinadas considerables sumas para favorecer por medio de curas médicas la salud comprometida de niños y fomentar la salud y el vigor de las nuevas generaciones.


La Asistencia Social Nacionalsocialista (NS-Volkswohlfahrt)


La organización más importante de la asistencia social privada es la “Asistencia social nacionalsocialista” (NSV) creada el 3 de Mayo de 1933, por disposición del Führer, e inspirada en el principio nacionalsocialista “El interés de la colectividad está por encima del interés individual”.
A diferencia de las organizaciones de asistencia pública de la época pre y posguerra, la actual dimana del mismo pueblo alemán entero. La NSV dice a cada ciudadano alemán: “El derecho a la comunidad no puede ser nunca mayor que el deber respecto a ella” y exige de él la contribución consciente de todas sus fuerzas en la lucha por la vida, pero al mismo tiempo pide de la comunidad del pueblo el sacrificio a favor del connacional que haya caído en situación precaria.
El lema del socialismo de Hitler: “¡Uno para todos, todos para uno!” halla en esta organización su máxima expresión ética. El donativo al necesitado ya no debe concebirse como una limosna, más bien en él se manifiesta la voluntad de la comunidad del pueblo de ayudar, por las fuerzas propias de la totalidad, a los menesterosos hasta que puedan seguir su camino como hombres libres e independientes, para servir después a la comunidad desde sus respectivos puestos.
El bienestar de la comunidad del pueblo es la ley suprema de la asistencia social nacionalsocialista; su misión, por tanto, no puede residir en la aportación arbitraria a los menesterosos de los medios necesarios para el mantenimiento de su vida, sino que deberá desplegar todas sus energías allí donde se encuentren hombres de valor a quienes, derribados por el destino adverso, no les es posible ascender de nuevo por esfuerzo propio. La asistencia social nacionalsocialista no espera con su ayuda hasta que el menesteroso esté ya enfermo o en la miseria sino que su meta es conjurar preventivamente el comienzo del mal. Es decir “¡más vale prevenir que curar!”.
La asistencia social de los tiempos pasados se distingue claramente en esta esfera de la actividad desarrollada por la nueva Alemania. Antes prevalecía la característica de la compasión; se cuidaba del caso particular. Hoy, la asistencia social se basa en el espíritu de sacrificio de la comunidad. Sin éste no existe ni camaradería, ni amistad, ni amor, ni pueblo verdadero; solamente la disposición al sacrificio distingue al hombre superior y garantiza la capacidad vital de una comunidad.
Este carácter especial de la NSV determina la naturaleza complementaria de sus aportaciones: éstas no eximen ni al Estado ni al municipio del auxilio legal a los necesitados. En toda su acción de ayuda la NSV se deja guiar por dos postulados fundamentales: 1º el de la obligación de la comunidad del pueblo de colaborar para la conservación, bienestar y salud del pueblo; 2º el de contribuir mediante este trabajo a la labor de educación del alemán para la comunidad del pueblo.
Antes de hablar de las grandes organizaciones de la NSV, que son, la obra de Auxilio “Madre y Niño” y el “Auxilio de invierno del pueblo alemán”, quiero referirme a otras actividades que, si bien no se destacan tanto, también son dignas de ser citadas.
Entre estas últimas es digna de mención la “Dotación Hitler de plazas gratuitas” para los antiguos compañeros de lucha del Führer. Nada menos que 442.536 miembros de la SA, SS, NSKK, correligionarios y compatriotas en general han podido disfrutar de vacaciones gracias a esta dotación. Una “campaña para la adquisición de camas” se organizó con el fin de que cada alemán tenga lecho propio; la NSV ha distribuido más de 674.000 camas que, junto con la ropa correspondiente, exigieron un gasto de 21.980.000 marcos. Por medio de otra colecta especial de la NSV se han podido enviar al campo cientos de miles de jóvenes hitlerianos que, alojados en tiendas de campaña, han aprovechado de educación intelectual y deportiva.
Las grandes medidas de auxilio: labor de las enfermeras nacionalsocialistas, patronato antituberculoso, organización de los salarios en los días sin trabajo en las minas, socorro especial a los territorios cuyas cosechas han sido perjudicadas por inundaciones, etc., lucha contra las epidemias, socorro por causa de catástrofes, etc., nos dan una idea de las formidables realizaciones de la NSV.


La Obra de Auxilio “Madre y Niño”

La familia, célula la más importante de la comunidad del pueblo en la ideología nacionalsocialista, es el centro y punto de partida de todas las obras de la NSV. En el verano de 1934 se creó la organización “Madre y Niño” como la expresión más evidente de la política demográfica, de educación y de fomento de la higiene. Sus funciones son las siguientes:
1º Contribuir a la eliminación de las necesidades económicas que influyen desfavorablemente en la vitalidad y en la salud de las familias sanas. Aquí se comprenden también el socorro económico, el de colocación de obreros y el de subsidios para la vivienda.
2º El fomento de la higiene de la madre y del niño para asegurar la existencia del pueblo. En esto se comprenden las disposiciones relativas al cuidado de las embarazadas y parturientas, las curas de reposo para las madres y niños.
3º La protección de los niños de edad preescolar para cuidar de su higiene y desarrollo físico. Esta cuestión está resuelta tanto para la ciudad como en el campo por los jardines infantiles, sobre todo durante la cosecha y en las comarcas fronterizas.
Para la realización práctica de la obra, cada grupo local de la NSV ha organizado un consultorio “Madre y Niño” dirigido por una mujer. Este consultorio recibe las solicitudes de las madres, las estudia y asesora a éstas incluso en cuestiones de carácter psíquico. El número de estos consultorios es de unos 26.000; en ellos trabajan juntas las enfermeras municipales, directoras de hogar, niñeras, asistentes sociales. A más de 227.000 asciende el número de las personas de ambos sexos empleadas en esta obra, de las cuales más de 100.000 son voluntarias.
Los medios económicos de la obra “Madre y Niño” provienen en primer lugar de las cuotas de los asociados de la NSV. Además, el Führer ha cuidado de que la obra “Madre y Niño” disponga, para poder cumplir su enorme labor, de más medios provenientes del “Auxilio de Invierno”.
De los datos obtenidos en la sección de estadística de esta obra se deduce que hay más de 160 colonias infantiles y 308 hogares de reposo para las madres. El número de niños enviados a las colonias y al campo en el año de 1937 ascendió a 480.000; desde el advenimiento del régimen nacionalsocialista, este número llega a un total de 1.800.000. En los hogares para el reposo de las madres fueron alojadas, en el año de 1937, 71.000 madres y unos 8.000 niños lactantes y de corta edad; el total de madres y niños se eleva a 246.000 desde la fundación de la obra. En el verano de 1937, la NSV tenía 4.139 colonias y jardines infantiles durante la cosecha; en ellos fueron atendidos mensualmente, por término medio, unos 103.000 niños. A los consultorios y dispensarios recurrieron hasta el momento actual unas 2.700.000 mujeres (Figs. 127, 128).


Auxilio de Invierno (WHW)

El canciller Adolf Hitler y el ministro de Propaganda Dr. Goebbels publicaron, el 13 de Septiembre de 1933, un llamamiento al pueblo para una gran obra de “Auxilio de Invierno” bajo la consigna “Lucha contra el hambre y el frío” que había de servir, además, como prueba de la solidaridad efectiva del pueblo alemán. En consciente oposición a las medidas tomadas en tiempos pasados, la campaña había de ser dirigida por el gobierno mismo y realizada por el pueblo entero. La ejecución del plan estaba en manos del Dr. Goebbels. La NSV llamó a la colaboración a todas las organizaciones del partido, asociaciones privadas y autoridades así como a las asociaciones industriales, comerciales, etc. Se constituyó una comunidad de trabajo nacional con divisiones provinciales, comarcales y locales y un consejo consultivo formado por los ministros y gobernadores.
Se trataba del auxilio a millones de personas necesitadas. Los 36 hombres que 3 días más tarde bajo la dirección del jefe de la oficina central de la NSV, Erich Hilgenfeldt, se instalaron en el edificio del Reichstag, tenían solamente 14 días de tiempo para organizar esta obra, ya que la WHW debía iniciar su labor el 1 de Octubre. En un discurso que Hilgenfeldt pronunció hace algún tiempo con motivo de una recepción, en las oficinas de relaciones exteriores del Partido, dedicada al cuerpo diplomático y a la prensa extranjera, describió las dificultades que tuvo que allanar para llevar a cabo el encargo de que “nadie debe sufrir hambre ni frío”. Para poder realizar este propósito tuvieron que ser entregadas cantidades extraordinarias de alimentos y de carbón.
El cumplimiento de esta misión fue tanto más difícil cuanto que en el primer año había unos 17 millones de alemanes necesitados de ayuda. Conforme al espíritu del WHW, necesitado es todo aquel que no puede mantenerse por sí mismo o mantener a su familia, total o parcialmente. Al reducirse el paro forzoso en los años posteriores se observó una disminución sensible en el número de los necesitados, de modo tal que en la segunda campaña del WHW 1934/35 bajó a 13,8 millones; en la tercera 1935/36 a 12,9; en la cuarta de 1936/37 a 10,7 y en la quinta de 1937/38 a 8,9. Es importante hacer notar que el número de las personas socorridas por el WHW es mucho mayor que el de los sin trabajo, debido a que se ayuda a la familia entera del menesteroso, a los pensionados y pequeños rentistas así como a los obreros que han estado largo tiempo sin trabajo.
Otra dificultad, que encontró la primera campaña del WHW, fue que la asistencia social nacionalsocialista no disponía aún de una organización experimentada para este fin, como más tarde. A pesar de todo, el primer año se obtuvo una suma de más de 350 millones de marcos, mientras que la suma total del Socorro de invierno en los dos años anteriores a la toma del poder por el nacionalsocialismo fue de unos 94 millones de marcos por término medio. He aquí las cantidades que se obtuvieron en los sucesivos inviernos: 1933/34: 350 millones; 1934/35: 360 millones; 1935/36: 372 millones; 1936/37: 408 millones y 1937/38: 410 millones; en total desde 1933 más de 1.900 millones de marcos. Estos números comprenden las colectas en efectivo y en especies. En el invierno 1936/37 se distribuyeron unos 11 millones de quintales de patatas y 42 millones de quintales de carbón, 80.000 quintales de carne y 186.000 quintales de pescado.
¡Tal colecta no se había visto jamás!

¿En virtud de qué organización fue posible alcanzar estos éxitos? La obra de “Auxilio de Invierno”, que de aquí en adelante posee su propio régimen como organización permanente de la comunidad del pueblo, está dividida en grupos regionales, comarcales y locales correspondientes a las mismas divisiones del Partido. El comisario del Reich, Hilgenfeldt, depende directamente del ministro de Propaganda. Colaboran también en la WHW las más variadas secciones del Partido, del Ejército, de la Policía, del Frente del Trabajo, así como todas las asociaciones privadas de asistencia social: la misión interior de la Iglesia evangélica, la católica Caritas, la Cruz Roja alemana, el Ejército de Salvación, los servicios públicos e incluso los adventistas[1].
Toda esta labor de carácter organizador y financiero hubiera quedado en estado fragmentario si los encargados de ella no hubieran recibido la ayuda de la multitud de colaboradores voluntarios de ambos sexos. En los meses de invierno de 1937/38 pasó de un millón el número de colaboradores a título honorario. Esto explica el enigma de los escasos gastos administrativos del WHW. Del estado de cuentas del año 1937/38 se deduce que los gastos han importado el 1,8% de las cantidades recaudadas.
Los fondos se obtienen de las más distintas maneras: una de ellas es el “Domingo del Plato Único”: el primer domingo de cada mes de invierno sólo se debe consumir al mediodía un plato de comida cuyo valor no ha de pasar de 50 céntimos, aplicándose lo mismo para las casas particulares que para los restaurantes. Estos últimos deben entregar la cuota así obtenida al Auxilio de Invierno, mientras que los particulares contribuyen a la colecta. Otros domingos se hacen colectas en las calles y en las casas en las que se venden insignias y emblemas. En el campo se colectan comestibles y lo mismo en los almacenes y casas de comercio, oficinas, etc. Las asociaciones de dependientes y empleados han establecido descuentos proporcionales a los sueldos y los obreros ceden por mes el importe de una hora de trabajo. Los titulares de cuentas corrientes en el banco o en el correo son invitados a donar mensualmente una cantidad determinada y en las sociedades industriales y de comercio se pasan listas de recaudación. En la calle se ha organizado con éxito una lotería cuyos billetes cuestan medio marco. Las personalidades más destacadas del Estado y del Partido se ponen a disposición del WHW para las colectas en la calle. En las organizaciones festivales más variadas actúan gratuitamente los más conocidos artistas. El producto total recaudado pasa a manos del WHW (Fig. 123, 124, 126).
No menos importante es el resultado producido por la obra del WHW en lo que concierne a la economía nacional. En primer lugar hay que citar las compras de productos alimenticios. El WHW no sólo es el mayor comprador de patatas y harina del mundo sino también de pescado y otros comestibles. Las patatas distribuidas por el WHW podrían llenar un saco cuyo fondo sería capaz de contener una pequeña ciudad alemana. El WHW adquiere el 20% del total de pescado que entra en Alemania. El “Hamburger Fremdenblatt” hizo constar que en el mercado de Altona se prepararon unos 4 millones y medio de kilos de pescado en filetes para el WHW con lo que cientos de obreros y obreras tuvieron un intenso trabajo durante dos meses. La grandiosa demanda de la WHW ha puesto en movimiento, por primera vez en la historia de la pesca de alta mar, a toda la flota pesquera de Altona durante los meses que antes se estimaban como tiempo de amarre inevitable.
Las compras del WHW obran también al mismo tiempo como reguladoras del mercado. Las ofertas repentinas del mercado quedan absorbidas por tales compras y con ello se impide una baja perjudicial del precio y el aniquilamiento de importantes valores. Cuando, en el verano de 1935, de gran sequía, la escasez de pastos obligó a sacrificar un mayor número de reses que en los tiempos normales, la dirección del WHW se declaró dispuesta a adquirir mayor cantidad de carne; asimismo mandó conservar cientos de miles de quintales de verdura fresca. En el invierno de 1935/36, el WHW compró unos 19 millones de Kg de legumbres que, debido a la espléndida cosecha, no podían ser vendidas en el mercado libre y que de otro modo se hubieran perdido inútilmente. En la lucha contra el frío el factor más importante es el aprovisionamiento de carbón por el WHW. En el invierno de 1937 a 1938 se distribuyeron unos 42 millones de quintales de carbón; en esta cifra no se cuenta ni la turba ni la leña consumidas. Se puede imaginar la magnitud del trabajo de esta obra y su importancia para la economía nacional si se piensa que para obtener esta ingente cantidad de carbón las minas del Sarre tendrían que trabajar, con todo su personal, durante cuatro meses. Para transportar el carbón del WHW se necesitarían 200.000 vagones de no haberse organizado un sistema especial de distribución. El tren formado con estos 200.000 vagones cubriría el trayecto que, pasando por el sur de Alemania y Francia, se extiende desde Berlín hasta el interior de España.
Con los metros de tela empleada para la confección de las prendas de vestir, que reparte el WHW, se podría cubrir la circunferencia de la Tierra aún con exceso (42.000 Km). La fabricación de más de 2 millones de pares de zapatos y botas, distribuidos por el WHW en el invierno de 1937/38, se ha hecho sobre todo en las regiones fronterizas del Reich.
Por último, no debe olvidarse el trabajo que se invierte en la fabricación de las insignias del WHW. Por ejemplo, en los talleres de metalurgia y de talla de piedras preciosas de Idar-Oberstein se ocuparon 2.000 obreros durante 12 semanas en la confección de un tipo de estas insignias. Son bien conocidos los efectos benéficos de la fabricación de insignias en la comarca de Erzgebirge y en la Selva de Turingia.
Debido a la reincorporación de Austria al antiguo Reich, en Marzo de 1938, el WHW se vio recargado de enorme trabajo que gracias a su admirable organización pudo cumplir sin ningún esfuerzo extraordinario. Hasta el comienzo de Junio de 1938 se repartieron en la región reincorporada, por medio de 200 cocinas de campaña, más de 5½ millones de raciones de comida caliente. Además, se distribuyeron bonos para comestibles y prendas de vestir por valor de 5½ millones de marcos. Hasta dicha fecha fueron enviados 92.000 niños de la región austríaca a otras regiones del Reich para reposar en ellas durante algunas semanas. El contingente para 1938 será de 140.000 niños que vendrán en vías de descanso y distracción a otras comarcas del Reich. Asimismo 60.000 hombres y mujeres del Estado federado austríaco disfrutarán en el año de 1938 de una larga permanencia gratuita en el territorio del antiguo Reich. La importantísima ayuda al Estado austríaco continúa todavía: hasta comienzos de Junio de 1938 se han enviado 743 vagones con víveres y prendas de vestir y, hasta el principio de la campaña del “Auxilio de Invierno” 1938/39, se ha previsto el envío de 1.264 vagones con víveres, sobre todo patatas, harina, manteca, azúcar, carne y legumbres. Además se enviarán 73 vagones cargados de prendas de vestir, especialmente zapatos, trajes y ropa interior. Hasta Septiembre de 1938 se distribuyó un total de 85 millones de marcos para el alivio de los menesterosos austríacos.
Aún en campos muy alejados de su actividad se notan los efectos benéficos del WHW y no se puede negar su importancia para la economía nacional. Los árboles de Navidad repartidos por el WHW ascienden a más del 10% del consumo total alemán; el número de libros entregados por el WHW es tres veces mayor que el de las nuevas publicaciones aparecidas anualmente en el mercado alemán de libros.
Por lo tanto, ya no es imaginable la separación del WHW de la esfera económica alemana.

Antes de terminar este capítulo, es necesario hacer constar de una manera clara que el WHW cumple su misión sin tener en cuenta la posición política, raza o nacionalidad del auxiliado. Al comienzo de la campaña de Auxilio de Invierno en el año 1935/36, Adolf Hitler dijo: “¡Nosotros no excluimos a nadie! Combatimos al comunista hasta vencerlo. Pero, si dice: tengo hambre, se le dará de comer”. El número de extranjeros socorridos en el invierno de 1937/38 ha llegado a unas 90.000 personas. El auxilio a los judíos necesitados se ejecuta por el Auxilio judío de Invierno.
Confiamos en que el cuadro que acabamos de trazar a grandes rasgos, habrá dado al lector una idea general del grandioso espectáculo que ofrece la obra de la asistencia social y de la solidaridad nacional al observador extranjero, aún a quien se muestre contrario al régimen de la nueva Alemania. Es imposible negar que el WHW es una nueva prueba viva e impresionante del socialismo de acción, que ya tuve ocasión de observar en otros campos de la Alemania actual.
Hitler sabe por propia experiencia cuán difícil es para el proletario la lucha por la existencia. Él mismo fue obrero tomando parte en las penas y necesidades de sus compañeros de igual modo que en sus esperanzas en la justicia social. Hitler es el hombre sencillo del pueblo que, por sus cualidades intelectuales y su firmeza de carácter, se ha elevado para ser el Führer de la nación y para dedicar su vida ascética —como en realidad es el caso de decirlo— al bienestar de su pueblo. Cuando Hitler tomó en sus manos la solución de las cuestiones político-sociales y de asistencia pública, conocía por propia experiencia las premisas necesarias para resolver problemas de tan vital importancia.
[1] Recordaremos también la obra de la señora Friedel Schumann, de Berlín, que en el invierno de 1937/38 hizo un viaje a caballo por toda la Prusia oriental colectando para el Auxilio de Invierno 160.000 marcos (Fig. 125).

2 Comments:

Blogger TaTi said...

16. socorro de invierno: los filantropos del Socorro de Invierno con banderas y trmpoetas, llegan hasta las mas pobres covachas. altaneros, sacan sobras y harapos, y se los dan a los pobres de al lado. la misma mano que aplasta a los hermanos les tiende, diligente, la limosna, para que no se oiga ni una queja. pero a los pobres, el mendrugo de pan se les atraganta en el Heil Hitler.
Bertholt Brecht
"Terror y miserias del Tercer Reich"

10:54 AM  
Blogger Welsung said...

Estimada Tamara: No tengo miedo de publicar post contrarios a mi pensamiento. A diferencia del stablishment judío que teme una verdadera investigación de la historia. Por otro lado, para tu información, y a pesar de lo que diga Brecht, el bienestar del pueblo durante el Reich de Hitler es ya indiscutible ante las últimas investigaciones, tanto que ha sido usado como explicación para la fidelidad que mostró el pueblo alemán al régimen nacionalsocialista, aún después de varios años de guerra. Por otro lado, podríamos decir del pobre pueblos que es hoy víctima del capitalismo y consumismo inhumanos propugnado por los vencedores que su grito de angustia es ahogado por la palabra "capital", mientras la policía estatal los golpea en la protesta no autorizada. O, podríamos escuchar los gritos aterradores de los torturados en los regímenes marxistas, mientras compartían una mísera tajada de pan negro.
Tal vez el nacionalsocialismo no resolvió la pobreza en forma inmediata, porque era un gobierno de verdad y no una dictadura bananera y populachera, pero dignificó al pueblo, más allá de la propaganda.

Welsung

7:47 PM  

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